Salmos 90:4 Porque mil años delante de tus ojos Son como el día de ayer, que pasó, Y como una de las vigilias de la noche.
DIOS a diferencia del ser humano, no cambia, no existe ningún tipo de mutación en todo Su ser, no habrá deterioro físico por Su edad, Sus pensamientos no divagaran, ni tampoco llegara Su día final. Él seguirá siendo el mismo. Por una eternidad Su corazón latirá, la permanencia de Su presencia es perpetua, Su sabiduría no decrecerá. Todo lo creado por Él es transitorio, no existe aspecto alguno que se asemeje a Él. Observemos a Su inmensidad la cual es insostenible para nosotros. Seamos congruentes ante aquel que no languidece rindiéndonos con arrepentimiento genuino que haga notar nuestra transitoriedad.