No permitan hundirse en desánimo | Jeremiah Burroughs

Cuando las cosas no suceden según las expectativas, cuando la marea de las segundas causas es tan baja que vemos poco en los medios externos para apoyar nuestras esperanzas y corazones, de modo que entonces el corazón comienza a razonar de la siguiente manera: «Si Jehová hiciese ahora ventanas en el cielo, ¿sería esto así?» (2 R. 7:2). Nunca consideramos que Dios puede abrir los ojos de los ciegos con tierra y saliva, y que puede obrar por encima, más allá e incluso en contra de los medios. A menudo hace que las flores más bellas de los esfuerzos del hombre se marchiten y lleva a cabo cosas improbables para que la gloria de la obra pueda ser dada a Él mismo. Es más, si Su pueblo necesita milagros para conseguir su liberación, los milagros se desprenden tan fácilmente de las manos de Dios como para darle a Su pueblo su pan diario. La bendición de Dios muchas veces está oculta para Sus siervos para que no sepan de dónde viene: «No veréis viento, ni veréis lluvia; pero este valle será lleno de agua» (2 R. 3:17). Dios quiere que dependamos de Él, aunque no veamos los medios por los cuales el asunto en sí puede llevarse a cabo. De lo contrario, no mostramos un espíritu tranquilo. Aunque haya una aflicción sobre ti, no dejes que tu corazón se hunda bajo ella.


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