Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído.
ISAÍAS 65:24
Recuerda que el trono de la gracia está cerca. No hay que ir muy lejos para alcanzarlo; no hay que hacer un viaje largo y doloroso; no hay que hacer una peregrinación agotadora y mortificante. Está al alcance de la mano. Acostado o levantado, adentro o afuera, en la calle o en la casa, en público o en privado, en la habitación o en el santuario, Dios está en todas partes. Y donde Él está, hay un Dios que escucha y responde a la oración. En un momento, en la mayor emergencia, puedes elevar tu corazón al Señor; y en un momento tu clamor será escuchado, y tu petición será concedida. Recuerda que el trono de la gracia está en todas partes. En la tierra o en el mar, en casa o en el extranjero, en lo público de los negocios o en lo privado del retiro: «Los ojos de Jehová están sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos» (Sal. 34:15). Dondequiera que vaya un creyente, lleva consigo la intercesión del Espíritu en la tierra y tiene el consuelo de saber que tiene la intercesión de Jesús en cielo.