El corazón lleno de gracia dirá: «Señor, haz conmigo lo que quieras para mi peregrinaje a través de este mundo, estaré contento con eso, pero no puedo estar contento con todo el mundo como mi porción». He aquí entonces el misterio del verdadero contentamiento: Un hombre contento, aunque es el más contento con las pocas cosas del mundo, es el hombre más insatisfecho que vive en el mundo. El alma que es capaz de conocer a Dios no puede llenarse más que con Dios; nada más que Dios puede llenar el alma que es capaz de conocer a Dios. Aunque el corazón lleno de gracia sabe que es capaz de conocer a Dios y que fue hecho para Dios, los corazones carnales piensan que no tienen nada que ver con Dios. Pero el corazón lleno de gracia, ensanchado de que es capaz de conocer a Dios y de que puede disfrutar algo de Él, no puede ser llenado por nada en el mundo, sino solo de Dios mismo. Por lo tanto, debes observar lo siguiente: que cualquier cosa que Dios le dé al corazón lleno de gracia (el corazón que es piadoso), a menos que Él se dé a sí mismo, no quedará satisfecho.