El cristiano contento tiene la bendición secreta de Dios en lo poco que posee. Vive del rocío de la bendición de Dios. Adrian Junius utiliza el símil de los saltamontes, que saltan o brincan de arriba y abajo y viven del rocío, para describir al hombre contento, teniendo este lema: «Estoy contento con lo que tengo y sé que es lo mejor». Los saltamontes no viven de la hierba como lo hacen otras criaturas; no puedes saber de qué se alimentan. Otras criaturas, aunque son tan pequeñas como los saltamontes, se alimentan de semillas o pequeñas moscas y cosas similares, pero en cuanto a los saltamontes, no sabes de qué se alimenta. De la misma manera, el cristiano puede obtener alimentos que el mundo no conoce; él es alimentado en secreto por el rocío de la bendición de Dios. Un hombre o una mujer pobre que tiene solo un poco de gracia, vive una vida más contenta que su vecino rico que tiene un gran ingreso.