Si algo es bloqueado de la corriente, el hombre lleno de gracia sabe cómo ir a la fuente, y lo compensa todo allí. Dios es su todo en todos mientras él vive; digo nuevamente que es Dios quien es su todo en todos. «¿No te soy yo —dijo Elcana a Ana— mejor que diez hijos?» (1 S. 1:8). Así dice Dios al corazón lleno de gracia: «Careces de esto, tus bienes han sido saqueados, pero ¿no soy yo para ti mejor que diez hogares y diez tiendas? Yo soy para ti en lugar de todo, pero no solo en lugar de todo, sino que ven a mí y tendrás todo de nuevo en mí». De hecho, este es un excelente arte: poder extraer de Dios lo que uno tenía antes en las cosas creadas. Cristiano, ¿cómo disfrutaste de consuelo antes? ¿Eran las cosas creadas para ti otra cosa más que una vía y un conducto que te transmitía la bondad de Dios? «El conducto está bloqueado —dice Dios— ven a mí, a la fuente, y bebe directamente». Aunque los rayos hayan desaparecido, el sol sigue siendo el mismo en el firmamento como siempre. ¿Qué es lo que satisface a Dios mismo, sino que disfruta de toda la plenitud en sí mismo? De esta manera viene a tener satisfacción en sí mismo. Ahora bien, si disfrutas a Dios como tu porción, si tu alma puede decir como la Iglesia en Lamentaciones 3:24: «Mi porción es Jehová, dijo mi alma», ¿por qué no estás satisfechos y contentos con Dios?