Salmos 77:3 Me acordaba de Dios, y me conmovía; Me quejaba, y desmayaba mi espíritu. Selah
Más que una simple cuestión de quejas, debemos de meditar en lo que nos sucede cuando nos encontramos en aflicción ¿Qué predomina en nuestra mente? ¿A través del abatimiento se demuestra amor a los mandamientos de DIOS “Ama al SEÑOR…Con toda tu mente”? El consuelo no se encuentra en mis afectos ni tampoco en los gemidos desesperantes, el versículo es un ejemplo que nos sirve para la reflexión diaria durante el caos. Observemos que la tribulación nos da un pleno vacío y que nos entrega a la sumisión de sentimientos negativos, nos ciega rotundamente y, no permite apreciar la obra de DIOS en medio de la realidad que atravesamos. Sumergirnos o apegarnos a las penas nos acercará más a la turbación y someternos a los lamentos nos traerá debilitamiento; vengamos al raciocinio y despertemos del dormir infructuoso del desánimo.
salmos 77: 11-13 Me acordaré de las obras de JAH; Sí, haré yo memoria de tus maravillas antiguas. Meditaré en todas tus obras, Y hablaré de tus hechos. Oh Dios, santo es tu camino; ¿Qué dios es grande como nuestro Dios?