Salmos 81:11 Pero mi pueblo no oyó mi voz, E Israel no me quiso a mí.
Despreciar la voz del SEÑOR nos va a traer consecuencias, el SEÑOR sigue advirtiendo en estos tiempos sobre la necesidad de escuchar a su voz, la cual nos traerá libertad delante de Él, nuestro deber como Sus criaturas creadas es dar la debida atención a Sus palabras, si rechazamos Sus palabras muy probablemente nos suceda a como dice en el mismo salmo 81:12 Los dejé, por tanto, a la dureza de su corazón; Caminaron en sus propios consejos. Esto solo trajo resultados negativos a los ciudadanos de Israel, ellos son el ejemplo de DIOS para nosotros, no hay forma de negar que DIOS hará lo mismo con nosotros si nuestra disposición a escuchar lo es totalmente despreciativa.