Salmo 23 (LBLA) El Señor es mi pastor, nada me faltará. 2 En lugares de verdes pastos me hace descansar; junto a aguas de reposo me conduce. 3 El restaura mi alma; me guía por senderos de justicia por amor de su nombre. 4 Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me infunden aliento. 5 Tú preparas mesa delante de mí en presencia de mis enemigos; has ungido mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. 6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa del Señor moraré por largos días.
Hermosas palabras con las que el rey David inicia su alabanza de agradecimiento a DIOS, aunque ve a su alrededor y se encuentra solo su desaliento por la situación de adversidad que esta pasando no lo deja perplejo o sin palabras de agradecimiento.
Es muy difícil encontrarse con excesiva calma ante cualquier tribulación a como se nos presenta el rey David en este momento, es de humanos considerarse solos por motivos a que es así a como normalmente nos sentimos, es muy complicado querer decir palabras de aliento para uno mismo en momentos difíciles.
Esta es una de las características mas comunes que encontramos en un hombre como David, alguien que busca a DIOS en medio del profundo dolor, donde el sentido es desconcertante, aunque la vida duela es necesario meditar acerca de nuestro acercamiento a DIOS en momentos de profundo dolor.
La respuesta a preguntas sobre el dolor por lo normal son difíciles de dar pero buscar consuelo muchas veces puede ser confuso para muchos, sin embargo vemos lo que DIOS quiere transmitir a través de su palabra, buscar de Él en momentos de profundo dolor, es una buena respuesta por parte nuestra.
Si estamos atravesando por un momento amargo de dolor. ¿Que haces? ¿Quien es tu consuelo? Las preguntas muchas veces pueden ser repetitivas, pero son necesarias para nuestra propia aclaración. El consuelo divino es lo mejor que podemos recibir.