Mateo 26:40 Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora?
Jesucristo momentos antes de que fuera entregado por Judas a los principales sacerdotes, los escribas, y los ancianos, para ser juzgado falsamente y así crucificarle, se encontraba en muy alta angustia Mateo 26:37, pero en medio de esta situación el SEÑOR sabía lo que debía de hacer y en contorno a su ansiedad se fue a orar. Demostró una actitud muy diferente a la de Sus discípulos los cuales fueron encontrados dormidos vencidos por el cansancio. Jesucristo les llama la atención con un cuestionamiento, pero dirigiéndose exclusivamente a Pedro ¿así que no habéis podido velar conmigo una hora? Consideremos esta pregunta de nuestro SEÑOR, nuestros motivos o excusas, aunque las apreciemos o procuremos darlas como muy legítimas, parecieran no ser totalmente pretextos válidos para el SEÑOR, aunque nos sintamos cansados, agotados, fatigados, y angustiosos debemos de recordar y principalmente observar el ejemplo de nuestro SEÑOR que persevero en la oración hasta en el momento más angustioso de su vida. Nada puede ser un obstáculo para orar al SEÑOR.