Cristo es el todo, y en todos.
COLOSENSES 3:11
Cualquier cosa, aunque sea la bendita producción del Espíritu Eterno de Dios, que tome el lugar de Cristo y que excluya a Cristo del alma, es peligrosa. Cristo debe ser todo o nada en la gran obra de la salvación. De Él de manera única, plena y exclusiva deben extraerse el perdón y la justificación. Entonces, cualquier cosa que se interponga entre el alma y Cristo, cualquier cosa que tienda a satisfacer al alma en Su ausencia, cualquier cosa que ocupe Su lugar en los afectos, debe ser abandonado. ¿Es como para sacarse el ojo derecho? Se debe renunciar a ello. ¿Es como para cortarse la mano derecha? Hay que dejarlo ir. Cristo en Su Deidad, Cristo en Su humanidad, Cristo en Su gran obra consumada, Cristo en Su plenitud mediadora, debe ser todo en todos para el creyente.